Enemigo Interno

Nuestra naturaleza siempre nos ha empujados hacia delante de forma egoísta, y la hemos seguido ciegamente; en otras palabras, nosotros hemos sido instintivamente impulsados por nuestros deseos de satisfacción personal, y de esa manera ha continuado manifestándose en nosotros, luchando por bienestar, fama, poder, conocimiento – por cualquier cosa. Como resultado, hemos alcanzado cierto nivel de saciedad, y nuestro egoísmo ha llegado a un camino sin salida; no podemos ni siquiera decir que está creciendo. Por una parte, hay una cierta línea de reevaluación de nuestros valores: “Es correcto continuar esforzándose por el logro de fama, conocimiento, bienestar y poder? Es esto el significado de nuestro desarrollo?” Por otra parte, notamos que nuestra dependencia de los demás, nos obliga a introducir formulas económicas a nivel internacional, debemos tomar en consideración nuestra interdependencia, en otras palabras, si yo voy a sufrir, tu también sufrirás, no importa cuán egoísta parezca. Aun hoy, todavía trato de lograr mi felicidad a costa de los demás, baso mi poder en ser más fuerte que los otros, y tener más y más. Debemos tomar en consideración la integración del mundo. Y si no respondemos a esa integración, no seremos capaces de entender la forma en que se supone deberíamos avanzar en concordancia con el mundo y la naturaleza. Hoy sentimos el reto de la naturaleza, que nos presiona con el único propósito de gradualmente empezar a cambiar y llegar a ser como ella. Esto no había pasado jamás. Si tuviésemos que verlo desde una perspectiva ontológica, notaríamos que la naturaleza siempre nos ha empujado hacia un desarrollo egoistica. Y ahora, al contrario, nos está mostrando...